L5 – La piel del pulpo posee el mismo mecanismo celular para la detección de luz al igual que sus ojos

Fecha: 20 de Mayo del 2015

Fuente: Science Daily

El pulpo posee una habilidad única. Puede cambiar de color, patrón e incluso la textura de su piel. No solamente para propósitos tales como el camuflaje, sino también como un medio de comunicación. Es el más inteligente, móvil y largo de todos los moluscos. Estos cefalópodos utilizan sus ojos para enviar señales a órganos pigmentados en su piel, llamados cromatóforos. Los cuales se expanden y contractan para alterar su apariencia.

Un nuevo estudio realizado por científicos de la UBCS, ha encontrado que la piel del pulpo en dos puntos de California (Octopus Bimaculoides) puede percibir luz, incluso sin entrar desde el sistema nervioso central. El animal  lo hace al usar la misma familia de proteínas sensibles a la luz llamadas opsinas, encontradas en sus ojos. Un proceso no previamente descrito en cefalópodos. El hallazgo de los investigadores aparece en el Journal of Experimental Biology.

El investigador Desmond Ramírez, estudiante de doctorado en el departamento de ecología, evolución y biología marina (EEMB), menciona la incapacidad de la piel del pulpo de percibir luz en la misma cantidad de detalle al igual que lo hace al utilizar sus ojos y cerebro. Sin embargo, es capaz de percibir un aumento o cambio de luz. Ya que su piel no puede detectar contraste y amplitud, sino más bien el brillo.

Como parte del experimento, Ramírez utilizo el brillo de luz blanca sobre el tejido, lo que causo a los cromatóforos su expansión y cambio de calor. Cuando esta luz se apagó, los cromatóforos se relajaron y la piel del cefalópodo regreso a su tonalidad original. Este proceso sugiere que los sensores de luz se conectan a los cromatóforos y esto permite una respuesta inmediata, sin la necesidad de entrar desde el cerebro o los ojos. El científico y su coautor Todd Oakley de la EEMB, han nombrado a este proceso Light-Activated Chromatophore Expansion (LACE).

En orden para registrar la sensibilidad de la piel en todo el espectro, Ramírez expuso la piel del pulpo a diferentes longitudes de onda de luz, que va desde el color violeta hasta el anaranjado. Se encontró que el tiempo de respuesta de los cromatóforos fue más rápido bajo el efecto de luz azulada. Seguido de experimentos moleculares para determinar cuáles proteínas se encontraban en el tejido. El científico identifico la rodopsina generalmente producida en el ojo, en las neuronas sensoriales de la superficie de la piel del cefalópodo.

Oakley comenta que este nuevo hallazgo se debe a una adaptación evolutiva. Los científicos descubrieron nuevos componentes de este complejo comportamiento de camuflaje del pulpo. Mencionando que los cefalópodos son las estrellas de Rock del mundo invertebrado marino.

Parece ser el actual mecanismo celular para la detección de luz en los ojos del pulpo, el cual ha estado presente desde hace tiempo y ha sido adaptado para la detección de luz en la piel del cefalópodo y utilizado en el LACE. Así que, en lugar de inventar técnicas nuevas, este procedimiento crea combinaciones.

El pulpo no es el único molusco marino cuya piel es capaz de percibir luz. Sin embargo, los científicos aun no conocen si la piel de los animales contiene opsina. Si estos animales poseen esta proteína, se podría conocer como estos dos grupos se relacionan.

Oakley se pregunta si todos provienen del mismo ancestro o si evolucionaron en más de una ocasión. Y si es así, que tipo de comportamientos comparten los diferentes grupos y que tipo de comportamientos provocan que el tejido externo de los animales sea sensibles a la luz.

Ramírez y Oakley están llevando a cabo una serie de nuevos experimentos que pretenden responder a estas preguntas y más.

http://www.sciencedaily.com/releases/2015/05/150520193953.htm

Cría de pulpo de dos puntos, de California.
Credito: UCSB